lunes, 30 de junio de 2014

Del Papel a la Trama

La idea de este post es contarles brevemente mi experiencia en el proceso de experimentar con papel y de cómo llegar a diseñar una trama con algunos condicionantes impuestos, como lo nómade y lo permeable. 

En primera instancia empecé a jugar con la hoja blanca de carpeta, haciendo recortes, pliegues, calados y demás, sin saber a dónde iba a llegar. No fué de mucho agrado ni tenía motivación alguna para seguir jugando con esas técnicas. Entonces, proseguí a mojar papel de diario haber que pasaba, logré cosas interesantes como la misma unión de las hojas por medio de la humedad del papel en contacto con otro papel se adhería bastante, en cuanto a formas, volumétricas, se quebraba en algunas vertices o aristas de plegados. Para cambiar, planché el papel, previamente arrugado para generar textura; nada interesante, se producían algunas curvas en los bordes a causa del calor, los pliegues quedaban bien aplastados al plancharlos por encima, mas allá de eso, no hubo interés. 




Investigando y explorando mas referentes, me incentivó la idea de hacer una pasta con el papel. Primero usé papel servilleta y rociándola con agua para humedecerla, empecé a doblar, plegar, hacer algunas curvas. Lo interesante que tenía era que se podía hacer una figura (simple) cerrada, unida por el mismo papel mojado, y una vez secada, lograba una resistencia muy buena. Paso mas adelante, hice lo mismo con papel de diario, en este caso, hirviendo el papel un tiempo para que pueda deshacerse y así crear la pasta, con un poco de cola para lograr más adhesión. No tenía buena maleabilidad, se quebraba, y una vez secada, por medio del calor del horno, la pasta quedaba dura, pero muy frágil, se rompía con apenas un poco de fuerza.




Pasé a procesar el papel, experimenté tanto con diario como papel servilleta, para lograr una pasta más compacta y homogenea, añadiendo cola. Muy buena para hacer piezas con volúmen, fuertes, rígidas y resistentes. La contra que tiene es que las terminaciónes y pequeños detalles son poco accesibles para mejorarlos.



Pasé entonces por recomendación, a utilizar la Carta Pesta. Los primeros intentos no fueron muy buenos porque no tenía conocimientos de cómo hacerla correctamente para lograr la firmeza que tiene la carta pesta. Realizando algunos ajustes llegué a lograr una buena consistencia y dureza para lograr las piezas con curvas que necesitaba para hacer el trabajo. Con papel madera arrancado en pedazos chicos, metidos en un bol y agregando pegamento de empapelar, una vez humedecido el papel, exparcí los pedazos sobre un molde, previamente hecho con la forma deseada. Tres capas sobre el molde, con tiempo de secado entre cada una, y al finalizar el secado completo, con una planchuela con la forma de la pieza, fuí recortando cada una a lo largo del molde, y así las piezas lograron la firmeza y flexibilidad que necesité. Relizando este paso varias veces para llegar a la cantidad necesaria, pude armar esta trama, llamada "TRAMAHIEDRA"




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